La perspectiva de la abuela
Octubre, 2024
Hoy te voy a platicar una anécdota que viví hace unos días y me llevó a reflexionar mucho.
La semana pasada celebramos el tercer cumpleaños de mi hija. Desde su primer cumpleaños, siempre le he preparado su pastel casero, sin azúcares añadidos, endulzado con frutas que le encantan y hecho con mucho amor. Este año por alguna razón mi pastel quedó crudo en el centro 🙈. La base la he preparado tantas veces para distintos eventos que me confié al sacarla del horno porque por fuera aparentaba estar lista como siempre.
Desde que Alice cumplió un año, su abuelita le ha traído un pastel hecho por ella a cada festejo, y este año no fue la excepción. Confieso que los años anteriores no había volteado a ver su pastel con detenimiento.
Sé que muchos de ustedes están familiarizados con la recomendación de evitar azúcares añadidos durante los primeros dos años de vida. En su primer cumpleaños, lo primero que noté cuando la vi llegar con el pastel fue que estaba decorado con gomitas dulces y recuerdo haber pensado “¿por qué con dulces?, ¿por qué gomitas?” (que además de ser azúcares representan riesgo de asfixia 😄🙈).
Ella había preparado una base de 5 capas distintas, CINCO, cada una de ellas con ingredientes especiales. Busqué fotos de los años anteriores y los pasteles eran igual de elaborados.
Decoró el pastel con los alimentos favoritos de Alice del momento.
La abuelita había invertido horas, dedicación y mucho cariño en preparar el mejor pastel que sabe hacer, especialmente para su nieta.
Recordé cómo me sentí en el primer cumpleaños, preparando el primer pastel de mi bebé, feliz de ofrecer algo saludable y hecho con amor. Cuando vi llegar a la abuelita con su pastel azucarado pensé: “¿Por qué lo hizo así, si sabe que evitamos el azúcar? ¿Por qué no me avisó?”
No fui grosera con ella, le agradecí el gesto, le tomé fotos a Alice con su pastel, pero por dentro de mi pensaba "que no se le antoje, que no lo pruebe", la sesión de fotos con el pastel que yo le hice duró 15 minutos y con el de su abuelita duró 1 minuto jajaja.
Este año, cuando noté que mi pastel estaba crudo al cortar la primera rebanada, pensé: “¡Qué alivio que tenemos otra opción!” Miré el pastel de su abuelita con más detenimiento y al cortarlo me percaté de varias cosas que no había notado antes:
Ahora quisiera poder regresar y decirle a esa mamá primeriza que esto no se trata de ella. La abuelita no preparó el pastel para incomodarla ni pensando en darle azúcar a su nieta, sino con la misma ilusión que yo puse en el mío, ella preparó el mejor pastel que sabe hacer, especialmente para mi hija.
Sé que como papás puede ser frustrante cuando otros familiares o amigos hacen las cosas de manera diferente a como las haríamos nosotros con nuestros hijos. Es común escuchar la frase “mis hijos, mis decisiones”, y estoy de acuerdo. Pero creo que también es importante salirnos de nosotros mismos y ver el panorama completo, desde diferentes perspectivas.
Esta experiencia me recordó dos de los "Cuatro Acuerdos" de Don Miguel Ruiz:
No tomar nada personal.
Hacer siempre nuestro mejor esfuerzo y recordar que todos están haciendo su mejor esfuerzo.
Y bueno, te comparto que el primer año Alice solo se comió las frutas de decoración de ambos pasteles. El segundo, probó los dos y le gustó más el que yo le hice, el tercero, no quiso probar ninguno, ni las frutas ni pececitos de decoración porque estaban “sucios de pastel” 😂.
¿Has tenido alguna experiencia similar? ¿Cómo la has manejado? Me encantará leerte.
Reflexión final
Aunque es importante lo que nuestros hijos comen, igual de esencial es que creen lazos y se sientan amados por sus familiares. Molestarnos y querer controlar cada detalle a veces puede ser más perjudicial que esa probadita que no nos gusta tanto. Mi recomendación con estos temas es:
Responsabilizarnos de lo que consumen en casa.
Pedir apoyo de familiares y amigos para que respeten nuestras decisiones.
Dejar espacio para la flexibilidad y el disfrute.
Si se aproxima el cumpleaños de tu bebé y quieres prepararle un pastel saludable y sin azúcares añadidos, aquí te comparto la receta que hice para el primer cumpleaños de mi hija: ver aquí.
Para más recetas saludables y prácticas para la integración familiar en la dieta (bebés de 1 año en adelante), te invito a explorar nuestro libro Bocados con Vida.
¡Un abrazo grande!
Nos leemos pronto.
Con amor,
Niria